¿Son las percepciones subjetivas de la desigualdad consistentes con la evidencia?

Por Germán Reyes y Leonardo Gasparini  / julio-2018 /

Uno de los hallazgos empíricos más notables en América Latina en las últimas décadas es la consistente caída de la desigualdad de ingresos desde inicios de los 2000. Medida a través del coeficiente de Gini, la desigualdad de ingresos promedio en la región pasó de 0.54 a principios del nuevo milenio a 0.47 en el 2015, una caída económicamente muy significativa, que contrasta con los aumentos en las dos décadas anteriores. La caída en la desigualdad en América Latina contrasta también con la experiencia de varios países de altos ingresos, donde la desigualdad aumentó en el mismo período.

Como académicos, a menudo nos preguntamos si los hechos que observamos en los datos tienen un correlato en las percepciones de la opinión pública. ¿La gente percibe lo mismo que los indicadores muestran?. O al menos, ¿las variables subjetivas de percepción se mueven en la misma dirección que los indicadores objetivos? Responder estas preguntas es importante ya que muchas variables socioeconómicas relevantes como la demanda por una mayor redistribución de ingresos, o la propensión a manifestarnos en contra de injusticias distributivas, no dependen del nivel de desigualdad en sí mismo, sino de nuestra percepción acerca de dicho nivel.

Entonces, ¿percibió la población de América Latina la caída en la desigualdad de ingresos? Esta es la pregunta que intentamos contestar en un artículo de investigación reciente [1]. Para esto, combinamos encuestas de hogares estandarizadas de SEDLAC, con las que estimamos la efectiva desigualdad de ingresos, con encuestas de opinión pública de Latinobarómetro, que relevan la percepción de los ciudadanos acerca de cómo están distribuidos los ingresos en la región. Particularmente, nos enfocamos en las respuestas a la pregunta: ¿Cuán justa considera usted que es la distribución de ingresos en su país: muy injusta, injusta, justa, muy justa?

Encontramos que las percepciones de injusticia distributiva cayeron de manera sistemática desde inicios de los 2000, en línea con la evolución de la desigualdad de ingresos en la región. En el Gráfico 1 mostramos de manera simultánea la evolución del coeficiente de Gini y del porcentaje de la población que reporta como injusta a la distribución del ingreso. Mostramos ambos indicadores tanto a nivel regional (panel a), como a nivel país (panel b).

Gráfico 1.
Percepciones de injusticia distributiva y coeficiente de Gini en América Latina

(a) Evolución del promedio de América Latina

(b) Cambio entre 2003-2013 a nivel país

Nota: El panel (a) de este gráfico presenta la evolución del promedio simple de los coeficientes de Gini de América Latina, y la evolución del porcentaje de la población de América Latina que reporta a la distribución del ingreso como injusta o muy injusta durante el periodo 1997-2015. El panel (b) de esta figura presenta el cambio en puntos porcentuales del porcentaje de la población que percibe a la distribución del ingreso como injusta o muy injusta en cada país, y el cambio en el coeficiente de Gini entre 2003 y 2013 (para algunos países de usaron años cercanos, de acuerdo con la disponibilidad de microdatos).

Como se puede observar en el panel (a), las percepciones de injusticia distributiva evolucionaron de manera notablemente similar a la desigualdad de ingresos. En efecto, ambas series están altamente vinculadas: la correlación lineal de ambas variables es de 0.80. De manera similar, a nivel país encontramos que la evolución de las percepciones de injusticia también refleja la historia distributiva. En 17 de los 18 países para los cuales hay datos disponibles, ambas variables se movieron en la misma dirección durante el periodo 2002-2013 (panel b).

Si bien es cierto que el porcentaje de la población que percibe a la distribución como injusta cayó, una proporción alarmante aún percibe a la distribución del ingreso como injusta. Según los últimos datos disponibles, en promedio, 3 de cada 4 personas de la región se refiere a la distribución del ingreso de su país como injusta o muy injusta. Esta alta percepción de injusticia no es sorprendente: América Latina es una de las regiones más desiguales del mundo.

Es interesante notar que, a pesar de la histórica caída en la desigualdad de ingresos, las percepciones de injusticia no disminuyeron “mucho”. En la jerga de los economistas, diríamos que las percepciones distributivas son bastante inelásticas. Este hecho sugiere que hay otros factores, más allá de los económicos, detrás de la forma en que la población forma opiniones acerca de la justicia distributiva. Investigar cuáles son dichos factores es un interesante tópico de futuras investigaciones.

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[1] Reyes Germán y Leonardo Gasparini (2017). “Perceptions of Distributive Justice in Latin America During a Period of Falling Inequality,” CEDLAS, Documento de Trabajo Nro. 209. ISSN 1853-0168
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