Segregación socioeconómica en las aulas. ¿Es América Latina la región de mayor segregación del mundo?
Por Emmanuel Vazquez / mayo-2018 /
La segregación escolar por nivel socioeconómico hace referencia a la separación de alumnos de estratos sociales diferentes durante el proceso educativo. El proceso por el cual alumnos de contextos socioeconómicos más favorables no se “mezclan” en las escuelas con sus pares más pobres tiene notables consecuencias sobre las sociedades, pero su importancia es a menudo minimizada por los encargados de llevar adelante las políticas públicas.
Al empobrecer el rol cohesionador de la escuela como ámbito de integración social, en el que los estudiantes aprenden a convivir con personas de distinta condición económica, social y cultural, la segregación por nivel socioeconómico contribuye a la generación de fenómenos de exclusión y desintegración en la sociedad, y abre la puerta a la perpetuación de desigualdades y la generación de trampas de pobreza de difícil salida para aquellos alumnos pobres que son separados desde sus primeros años de sus pares económicamente más favorecidos. Los modelos de rol y efectos de pares que tienen lugar en las aulas, junto a los contactos que se crean durante esta etapa, son sólo algunos de los mecanismos que operan para dificultar la movilidad social ascendente de estos grupos cuando están segregados.
En una agenda de investigación iniciada en el CEDLAS a principios de la presente década, documentamos los niveles y la evolución en América Latina de un tipo particular de segregación socioeconómica: aquella que tiene lugar entre los sectores de educación pública y privada de un país.[1] En efecto, la migración selectiva de los grupos menos carenciados desde la escuela pública a la escuela privada ha dado como resultado un incremento en la segregación escolar entre ambos sectores que se evidencia en la región desde al menos los años 90. Sin embargo, este tipo de estudios nos han proporcionado sólo un panorama parcial de la segregación socioeconómica en las escuelas de la región, puesto que buena parte de la misma tiene lugar al interior de los sectores público y privado, en tanto no se comparan los países de América Latina con sus pares del resto del mundo.
A los efectos de contribuir a cerrar esta brecha de conocimiento y adquirir una dimensión del grado de segregación que existe en los sistemas educativos de la región, computé en un trabajo recientemente publicado[2] los niveles de segregación socioeconómica total (ya no público-privado, sino entre escuelas en general) que surgen de la última prueba PISA. Los resultados son representativos de los alumnos de 15 años que asisten a la escuela y muestran un panorama para América Latina que resulta desalentador (véase la Figura 1): seis países de América Latina (Argentina (CABA), Perú, Chile, Colombia, México y Costa Rica) son clasificados consistentemente dentro del top ten de países con mayor segregación escolar por nivel socioeconómico del mundo, mientras que los restantes países de la región que participaron del programa PISA (Brasil, Uruguay y República Dominicana) también se hallan en las primeras posiciones. Este hecho coloca a América Latina como la región de mayor segregación escolar del mundo, al menos en relación a los países de Europa, Asia, América del Norte, Oceanía y África que fueron incluidos en la muestra.
Figura 1. Niveles de segregación escolar por nivel socioeconómico.
Índice de Brecha por Centiles (CGI). Año 2015.
Fuente: Vazquez (2016), en base a PISA 2015.
*Se identificaron problemas durante la adjudicación de los datos en PISA 2015.
Las implicancias de estos hallazgos en términos de política son claras. Dadas las consecuencias nocivas de la segregación que se mencionaron anteriormente, la situación actual de la región requiere una acción urgente que actúe sobre las causas del fenómeno. El trabajo anteriormente mencionado encuentra una asociación positiva de este fenómeno con la desigualdad, la participación del sector privado en la matrícula y la segregación residencial, pero aún más importante, muestra que en América Latina buena parte de la segregación escolar total se explica por la segregación entre los sectores público y privado de los países. En ese sentido, una mejora en la calidad de la educación pública tiene el potencial de detener la migración selectiva de los sectores más aventajados hacia las escuelas privadas y contribuir entonces a reducir no sólo la segregación escolar público-privado, sino la segregación en general.
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[1] Para Argentina, véase Gasparini, Jaume, Serio y Vazquez (2011), “La segregación escolar entre escuelas públicas y privadas en Argentina. Reconstruyendo la evidencia” Desarrollo Económico-Revista de Ciencias Sociales, Vol. 51, Nº 202-203: pp. 189-219. Para América Latina, véase Arcidiácono, Cruces, Gasparini, Jaume, Serio y Vazquez (2014), “La Segregación Escolar Público-Privado en América Latina” Serie Políticas Sociales de CEPAL, Nº. 195.
[2] Vazquez (2016). “Segregación escolar por nivel socioeconómico. Midiendo el fenómeno y explorando sus determinantes.” Económica, Vol. LXII: pp. 121-184
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